Globalización, desarrollo regional
y atomización del Estado Nación ©Martha C. Vargas T. Se permite la reproducción total o parcial, sin
fines comerciales, del presente trabajo siempre y cuando se mencione el
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1.2.
Período
de posguerra 1945-1970
En este período se reconstruyen las
relaciones económicas internacionales y se da una fuerte tendencia a la
integración de los mercados. El comercio internacional crece a tasas
superiores a las de la producción mundial y las exportaciones manufactureras
se constituyen en el elemento más dinámico. La producción industrial del orbe
creció a una tasa media por año de 5,6% entre 1948 y 1971. (Van der Wee 1986:
p. 75 ). TABLA 2 CRECIMIENTO
DEL PRODUCTO Y DEL COMERCIO MUNDIAL 1870 – 1990 (Tasa
media anual de crecimiento en porcentaje)
Fuente: UNCTAD, 1994, Tabla III, p. 127 (Cuervo y
Gonzalez, 1997 p. 162). Parte fundamental del andamiaje de la economía
de la posguerra se forjó en Bretton Woods, (New Hempshire) en 1944, donde se
buscó diseñar un sistema comercial abierto, bloqueando las devaluaciones
competitivas y los intentos de conseguir la autarquía nacional. Las potencias
allí reunidas determinaron establecer tipos de cambio fijos de facto y la
libre convertibilidad de una moneda en otra. Para entrar al Fondo Monetario
Internacional, organización creada en el mismo evento, un país tenía que
fijar el valor de su moneda con respecto al oro o al dólar americano (este
seguía siendo convertible en oro a 35 dólares la onza) y prescindir de
realizar prácticas monetarias discriminatorias. El banco central del país
estaba obligado a defender este valor paritario en el comercio. (Piore
– Sabel, 1996:p. 90). El FMI podría prestar a discreción sus
propias reservas de divisas a los bancos centrales que no fueran capaces de
defender los valores paritarios. El sistema de tipos de cambio fijos obligaba
a los países a echar mano del nivel nacional de precios, que afecta la
actividad económica interior, para hacer ajustes con miras a equilibrar los
ingresos por exportaciones y los gastos por importaciones. Siendo la ventaja
para los Estados Unidos, que salía indemne de la guerra, con un enorme
superávit comercial y cuya moneda se había convertido en el patrón. La segunda institución producto de Bretton
Woods fue el GATT, cuya misión consistió en impedir el resurgimiento de
bloques económicos rivales, procurando mantener el comercio libre de
barreras, excepto los aranceles que se debían reducir gradualmente. Las
tarifas arancelarias no podrían establecer ninguna discriminación motivada en
el origen de las mercancías. La tercera institución fue el Banco Mundial,
encargada de diseñar e impulsar una visión y unas políticas de desarrollo,
ligadas con los mecanismos para las transferencias financieras de Estados
Unidos a las naciones devastadas por la guerra. Excepción hecha de la IED, los flujos
financieros internacionales estuvieron dominados por la presencia de las
entidades multiestatales y los principales deudores fueron los gobiernos. El
crecimiento de los mercados internos de los países desarrollados y de algunos
en desarrollo devino en una creciente integración productiva internacional,
resultado de la expansión y fortalecimiento de las corporaciones
trasnacionales. Después de la segunda guerra primaron los grandes consorcios
norteamericanos, pero con el paso del tiempo se recuperaron las economías
arrasadas por la conflagración y hubo algún desarrollo industrial en varias
naciones del tercer mundo, con lo que aumentó el número de países
participantes en el mercado mundial. Hacia mediados de los años setenta, la
IED abarcó otras varias zonas geográficas, como el este asiático, y se
concentró principalmente en la manufactura. Después, los servicios han
desempeñado el rol líder. (Cuervo - Gonzalez 1997: ). Durante los años de posguerra las
economías europeas crecieron rápidamente. Con el respaldo de los estados se
recuperan primero las industrias de bienes de consumo, posteriormente, las de
bienes de producción. Igualmente Japón, que disfruta de una mano de obra
barata, despliega un gran esfuerzo por competir en el mercado mundial. Tanto
las grandes empresas niponas como las del viejo continente les disputan a las
norteamericanas no sólo los mercados extranjeros, sino el propio de Estados
Unidos. Esta etapa es definitiva para comprender
los cambios actuales en la economía mundial, por lo que se hace necesario señalar
sus características principales. Se da una gran difusión del taylorismo y de
las líneas de ensamblaje. El crecimiento de la economía, incluida la
expansión de los mercados internos, permitía que crecieran las ganancias y el
nivel de vida de los trabajadores, lo que a su vez ensanchaba la demanda. Hay
un gran impulso a la intervención estatal, asociado a políticas keynesianas.
Estados Unidos es la potencia dominante y, gracias a las luchas
anticoloniales y a la situación política internacional, se da un auge de
formación de estados nacionales. |