Globalización, desarrollo
regional y atomización del Estado Nación ©Martha C. Vargas T. Se permite la reproducción total o parcial, sin
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1.2.1
Sustitución de importaciones.
La guerra había obligado a América Latina a
producir los bienes que no podían importarse, ésto se convirtió luego en una
nueva orientación económica, bajo la denominación de sustitución de
importaciones. Con ella se dio algún aliento al desarrollo del mercado
interior y las exportaciones, que eran principales, pasaron a ser
subsidiarias aunque importantes, ya que suministraban las divisas para
importar materias primas, maquinaria y equipo, necesarios para el crecimiento
industrial. Con esta perspectiva, a través del Estado
se hicieron inversiones en infraestructura; se mantuvieron los bajos costos
laborales subsidiando los alimentos básicos y controlando los precios; se
establecieron impuestos a las importaciones y “barreras no arancelarias”; se
nacionalizaron industrias claves como las petroleras, siderúrgicas y de
servicios públicos. Así se conformó un importante sector estatal. A comienzos
de los años 60, la industria local suministraba más del 95% de los bienes de
consumo interno en México y Brasil. Estos, entre 1960 y 1979 llegaron a
representar el 60% de la producción industrial del subcontinente y atrajeron
más del 70% de la IED. Entre 1950 y 1980, la producción de América Latina
aumentó 6 veces. Brasil llegó a convertirse en el séptimo productor
industrial del mundo. A causa de la estrechez de los mercados
nacionales, a finales de la década de los años 60 se toman medidas tales como
la devaluación para darles mayor prioridad a las exportaciones. Brasil, por
ejemplo, triplicó las suyas de bienes manufacturados entre 1970 y 1973. “Las
compañías multinacionales, que habían instalado sus fábricas en América
Latina para producir artículos destinados a los mercados locales protegidos,
se encontraron en una situación óptima para encaminar sus esfuerzos hacia la
exportación, y lograron una posición de liderazgo en la bonanza exportadora
de México y Brasil”. (Green, 1.995:p. 24). Por lo demás, Duncan Green observa que las
grandes multinacionales “se apoderaron de los sectores más dinámicos de la economía,
dejando en manos de los capitales locales las industrias menos eficientes” |