Globalización, desarrollo regional y atomización del Estado Nación

©Martha C. Vargas T.


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2.   LOS ESTADOS NACIONALES Y LAS EMPRESAS MULTINACIONALES

Las relaciones entre estos dos tipos de organización social, la primera esencialmente política y la segunda económica, son unos de los temas más candentes de los tiempos que corren. No faltan datos para demostrar que muchos pequeños estados tienen un PNB inferior a los ingresos anuales de varias de las empresas colosales. Con ésta y otras razones, hay quienes afirman que la época histórica de los estados nacionales ha tocado a su fin. Que los actores protagónicos en el escenario del mercado mundial, aparte del capital privado, son las regiones subnacionales organizadas, o las supranacionales.

Este capítulo hace un repaso sumario de las definiciones del discutido concepto de estado nacional, revisa las principales etapas históricas de su formación, echa una hojeada a la experiencia de cómo se configuró la República de Colombia y comenta los puntos de vista de Alberto Alesina, uno de los economistas más caracterizados defensores de la teoría de que las naciones deben empequeñecerse. Finalmente, enumera las principales causas de disputa entre los estados nacionales y las empresas multinacionales, disputas que se consideran en este escrito como motivantes de las políticas que propenden a la atomización de los estados.

2.1 El Estado Nación

2.1.1      Etimología del término

La palabra nación proviene del verbo latino nasci: nacer, aludía originalmente a un grupo de población nacido en el mismo lugar, con independencia de la extensión de éste o del número de sus habitantes. En las universidades europeas de la baja edad media, las naciones eran grupos de estudiantes que procedían de la misma región o país.

Antes de 1884, el Diccionario de la Real Academia Española la definía sencillamente como “la colección de los habitantes en alguna provincia, país o reino”. Pero en ese año aseveraba que “es el estado o cuerpo político que reconoce un centro común supremo de gobierno”. En las lenguas romances la palabra es indígena, mientras que en las otras es foránea. En el alto y bajo alemán la palabra volk (pueblo) tiene algunas asociaciones con las derivadas de natio. En el bajo alemán este término apenas lo usaban las personas cultas o las de estirpe real, noble o gentil y, antes del siglo XVI significaba, como en el francés medieval, grupo de estirpe y descendencia.

Va evolucionando hacia la descripción de grupos autónomos más nutridos, tales como gremios, u otras corporaciones que necesitan distinguirse de otros con los que coexisten. Así adopta el significado de naciones como sinónimo de extranjeros, por ejemplo naciones de comerciantes o de estudiantes. En otras partes se recalca la etnicidad, como en el caso de la insistencia neerlandensa en el significado primario de natio como “ la totalidad de los hombres a los que se considera como pertenecientes al mismo stans. Ya el New English Dictionary, en 1908, señaló que el antiguo significado del término representaba proncipalmente la unidad étnica, pero que el uso reciente más bien recalcaba “el concepto de unidad e independencia políticas” (Oxford English Dictionary: ).

En el discurso político y social durante la edad de las revoluciones se habla del “principio de nacionalidad”, con un significado político. Se equiparaba “el pueblo” y el estado al modo de las revoluciones norteamericana y francesa. El Concepto de Nación en la edad de las revoluciones suponía que fuese, según la expresión francesa, una e indivisible. La nación considerada así era el conjunto de ciudadanos cuya soberanía colectiva los constituía en un estado que era su expresión política. Prescindiendo de las demás cosas que fuera una nación, el elemento de ciudadanía y de participación nunca faltaba en ella.

Jonh Stuart Mill dijo que los miembros de una nacionalidad “desean estar bajo el mismo gobierno y desean que sea el gobierno de ellos mismos o de una parte de ellos mismos exclusivamente”. La ecuación Nación = Estado = Pueblo, y pueblo soberano sin duda vinculaba nación a territorio, ya que la definición de Estado pasó a ser esencialmente territorial. La declaración de derechos francesa de 1795 dice “cada pueblo es independiente y soberano, cualesquiera que sean el número de los individuos que lo componen y la extensión del territorio que ocupa”. Remarquemos que no se identificaba la nación con criterios étnicos, ni linguísticos.

Lo que caracterizaba a la nación era que representaba el interés común frente a los intereses particulares, el bien común frente al privilegio. Las diferencias de grupo étnico eran, desde este punto de vista revolucionario democrático, tan secundarias como más adelante les parecerían a los socialistas. Obviamente, lo que distinguía a los colonos norteamericanos del rey Jorge y de sus partidarios no era la lengua ni la etnicidad, y a la inversa, la república francesa no tuvo reparo alguno en elegir al anglonorteamericano Thomas Paine miembro de su convención nacional. (Hobsbawm, 1.992 p. 29 ).


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