Globalización, desarrollo regional y
atomización del Estado Nación ©Martha C. Vargas T. Se permite
la reproducción parcial, sin fines comerciales, del presente trabajo siempre
y cuando se mencione el Título y la autora y se le informe por escrito a: |
2.14 La Costa Atlántica en la era de la globalización y del desarrollo
regional.
Con el propósito de escrutar hasta qué
punto se cumplen las aseveraciones de que el desarrollo de las regiones se
logra en la medida que se abran al mercado global mientras ganan una
creciente autonomía frente al estado nación, se ha examinado el
desenvolvimiento económico de la costa Atlántica colombiana durante los años
noventa, en los que se ha vivido el auge del modelo en mención. El litoral Caribe es, sin duda, una de las
porciones del territorio nacional con mayores ventajas para acceder al
mercado mundial: cuenta con 1.600 km de costa, está ubicado cerca de uno de
los más importantes mercados del mundo, dispone de varios puertos marítimos,
aéreos y de ciudades con un incipiente desarrollo industrial, además de
poseer mano de obra abundante y barata y enormes extensiones de tierras
cultivables y numerosos recursos. Por ello, los promotores de la apertura en
el país hicieron pensar a los costeños que había llegado la hora de la redención
económica de su tierra. Gran parte de la descripción y análisis
sobre la situación socioeconómica de la Costa caribe ha sido tomada del libro
El Caribe colombiano. La realidad regional al final del siglo XX de Cecilia
López y Alberto Abello. La investigación adelantada por estos autores se
ocupa de estudiar el desenvolvimiento de la situación social y de los
principales renglones productivos de la costa, y concluye que la apertura se
ha venido produciendo en una sola dirección: hacia adentro. Los siguientes
son los hechos que sustentan sus conclusiones: 2.14.1 Información sociodemográficaLa región está compuesta por los
departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, Guajira, Magdalena,
Sucre y San Andrés y Providencia. Su población, unos ocho millones de
habitantes, el 67% urbanos y 33% rurales, es aproximadamente un quinto de la
nacional. Se prevé que durante el período 1.995-2005 contará con siete
municipios y todas las capitales, exceptuando San Andrés, con más de 200.000
personas, estas áreas concentrarán más del 40% de la población total de la
región. Según los últimos censos, Atlántico y Guajira son polos importantes
de atracción poblacional, con tasas netas de migración de 9.4 y 7.7 por mil.
Los otros departamentos, exceptuando Bolívar, presentan tasas de migración
negativas. Población
indígena:
según el Dane, en 1994, la población indígena de la costa ascendía al 1,8%
del total, unos145.269 habitantes ubicados en Cesar, Córdoba, Guajira,
Magdalena y Sucre. La Guajira es el departamento con mayor proporción de
población indígena (24%). 2.14.2 PobrezaSegún todos los indicadores, la situación
social de la costa se ha agravado en el período de la apertura económica.
Teniendo en cuenta las necesidades básicas insatisfechas, NBI, entre 1.991 y
1.997 se presenta un aumento en términos absolutos de la población pobre, que
pasa de 3.093.431 a 3.111.751 personas. En 1.997, había 1.322.787 de personas
en condiciones de miseria, 15.53% de su población. Medida por ingresos, en
1.997, existen en la región Caribe 5.402.170 de personas bajo la línea de
pobreza, el 63.43% de la población. Según el DANE, entre 1.993 y 1.997 el
número de pobres en la Costa aumentó en 640.245. Además, es la región del
país con mayor número de personas en condición de indigencia: 2.183.745
habitantes, 25.64% de su población. Indice de
desarrollo humano. Colombia tiene un índice de 0.79, la costa de 0.70. En 1.994 el IDH
de la Costa estaba por debajo de países como República Dominicana y Túnez. En
Colombia, el GINI durante el primer quinquenio de los 90 sufre una regresión
al aumentar la desigualdad. En 1.991 el GINI total del país es 0.55 y en
1.995 es 0.63. O sea, 10% de la población más rica recibe el 55% del ingreso,
mientras que el 50% más pobre recibe el 10% del ingreso. En la Costa el GINI
en 1.991 es 0.58, aumenta entre 1.992 y 1.994 y desciende nuevamente, en
1.995, 0.61 sin llegar a caer al nivel de 1.991. En materia laboral la situación también es
crítica. La tasa de ocupación (TO), es decir, el porcentaje de personas en
edad de trabajar que se encuentra haciéndolo, es de 48.2%, menos de la mitad
de la población encuentra respuesta a sus necesidades de empleo. La tasa de
ocupación cayó 2.5 puntos a partir de 1994. La tasa de desempleo también se ha venido
elevando significativamente desde 1992 y pasó de 6.8% a 8.6% en 1997. Se
calcula que la región tiene un déficit de más de 285 mil empleos. El
subempleo también ha crecido y alcanzó en 1995 un 19.4%, mientras que en 1992
era del 12%. La inmensa mayoría de los costeños tiene
muy bajos ingresos. El 78.3% gana menos de dos salarios mínimos mensuales y
“el grueso de la población vive de actividades independientes o empleos
precarios en establecimientos pequeños o informales, dedicados a actividades
terciarias de baja productividad”. REGIÓN CARIBE distribucion de la POBLACIÓN ocupada por nivel de ingreso SEGUN NIVEL DE URBANIZACION (%) 1995
Fuente Encuesta de Hogares Región Caribe, Econometría Ltda-SEI 1995 Tomado del Plan prospectivo y estratégico de desarrollo del Caribe
colombiano, Caribe Siglo XXI, Corpes Costa Atlántica, 1998-2010. La tasa de desnutrición global de la
región Caribe es la más alta del país,10.4%; uno de cada 10 niños se
encuentra afectado. El porcentaje es particularmente crítico en la subregión
de la Guajira, Cesar y Magdalena, donde la desnutrición global alcanza el
14.6%. Todo lo anterior confirma lo que otros
investigadores sobre la región han afirmado “todos los indicadores de
bienestar material muestran que esta región es una de las más pobres del
país”. (Meisel, 1.990, p.16). 2.14.3 ProducciónEn la década del ochenta, la producción de
la Costa Caribe tiene un crecimiento lento y constante y solo presenta una
disminución del producto en 1982. Atlántico y Bolívar ocupan el quinto y
sexto lugar entre los diez departamentos con mayor producción del país. La
participación porcentual del producto regional dentro del PIB nacional a lo
largo del período ha sido 15% en promedio. En los cinco años observados de la
década del noventa, se presenta una caída en la producción a partir de 1993,
que se profundiza al cerrar el período de análisis, en 1994. El PIB regional
pierde 1,37 puntos de su participación en el PIB nacional. El único departamento de la región que
logra mejorar su participación en la producción nacional es la Guajira que
pasa de 0,65% a 1.38%, debido al desarrollo de la minería. En la década de los 80, el Caribe presenta
oscilaciones en el crecimiento de una tasa de -0.34% en 1982 hasta superiores
al 5%, con una media de 3.07% en los ochenta; en los noventa disminuye 0.55%,
al presentarse una tasa promedio de 2.52%. Las dos mayores tasas de
crecimiento de la región se presentan en los ochenta. La primera en 1987:
5.29% y la segunda en 1989: 6,21%. La década de los noventa comienza con una
tasa de 5.03% que baja al año siguiente; en 1992 se recupera al llegar a
6.69%. En 1993 y 1994 se presentan tasas negativas que no se presentaban
hacía 11 años. En 1993 y 1994 el crecimiento del producto
de la región es negativo, alcanzando en el último año una tasa de –1.20%.
Entre 1980 y 1994 el PIB percápita regional es 75% del nacional. Durante los 80, el promedio de las tasas
de crecimiento anual del producto interno regional por habitante es 2.04%,
superior al promedio nacional, de 1.30. Durante los cinco años observados de
la década de los noventa, la situación se torna diferente al presentarse una
medida de crecimiento de solo 0.71%, inferior a la nacional, de 2.55%. La evolución de la tasa de crecimiento del
PIB per cápita de los departamentos del Caribe ha sido decreciente durante el
período observado, especialmente las de Atlántico y Bolívar, que presentan el
mayor número de tasas de crecimiento negativos. Durante el período 1980-
1.994, la Guajira y el Magdalena se ubican entre los diez departamentos del
país con mayores tasas de crecimiento del PIB per cápita. Entre los diez
departamentos del país con menor incremento del PIB per cápita se encuentran
Atlántico, que ocupa el primer lugar, Cesar segundo, Sucre el quinto y
Bolívar el octavo. Comportamiento de
los principales sectores del PIB regional. En el lapso comprendido entre 1.980-1994 hay
una preponderancia del sector terciario, en segunda instancia se ubica el
primario, y, finalmente, el secundario. La participación del sector terciario
presenta una tasa de crecimiento negativo en 1980-1994 de –3%. Sin embargo en
los años 93 y 94 aumenta. El sector primario crece 17.9% en todo el período
de referencia. A partir de 1987 mantiene su participación en el PIB de la
región, por encima del 35% (superior a la de 1980 y 1987) por el auge de la
economía minera, que logra mantenerse por encima del 7% de participación en
el PIB regional. El sector secundario conformado por la
industria, la construcción y las obras públicas, se establece en el tercer
lugar de importancia entre 1980 y 1994. Para los últimos años decrece –30.9%
su participación en el PIB del Caribe. Hasta 1986 mantiene participación en
el PIB regional en más de 20%. En 1987 decrece 2.8% y se mantiene por debajo
del 20% para el resto del período. En 1994 cae 4.5 puntos. Si se suman las
ramas industrial y agropecuaria, su participación en el PIB asciende a 47.7%
en 1980, decrece en forma sostenida hasta 1994 llegando a 39.2%, es decir
pierde 8.5 puntos. El decrecimiento se acelera a partir de 1991. Entre 1980 y
1994, la tasa de crecimiento de la participación de la industria en el PIB de
la región decrece –34.9% y la agropecuaria –7.8%. En los años ochenta, las seis principales
ramas de actividad por aportes al valor agregado son: la agropecuaria y la
industria manufacturera, el comercio, el transporte y el almacenamiento, los
servicios del gobierno y los personales. Durante los cinco años del 90, la
estructura tiende a cambiar por el enorme salto que presenta la minería, al
pasar del noveno al tercer lugar de participación en el agregado regional.
Las ramas agropecuaria e industrial siguen ocupando primero y segundo lugar,
les sigue la minería y, en cuarto lugar, el comercio, en quinto el transporte
y el almacenamiento y sexto los servicios del gobierno. En 1996, la contribución de la pesca y
acuicultura al PIB del sector agropecuario es 3% y al PIB de 1% . En ese
mismo año, el PIB de este subsector desciende 4.3% respecto al año anterior,
lo que hace que su contribución al PIB sea inferior a 0.05%. 2.14.4 Sector agropecuarioEl sector agropecuario es uno de los que
ha sufrido grandes reveses en el período de la globalización. En 1980 aportó
30.1% del PIB regional y en 1994, 27.4%. Esto a pesar de que la región
presenta la mayor extensión de suelos arables del país, 40%, y las mejores
condiciones para el desarrollo de la agricultura mecanizada moderna,
especialmente en la llanura aluvial la que tiene una extensión de 4.73
millones de hectáreas. Entre 1991 y 1996, el área cultivada
decrece en un 30%, pasando de 916.680 has. a sólo 636.272, extensión apenas
superior en 0.01 a la cultivada en 1980. En 1996, el conjunto de los
departamentos de la región Caribe registra una superficie de 422.824 has en
sembradíos transitorios y 213.748 has en permanentes, para un total de
636.572 has, es decir 67% del área son transitorios y 33% permanentes. En el año de 1.996 se producen 2.964.954
toneladas, de las cuales 2.060.907 corresponden a plantaciones permanentes y
904.047 a transitorias. En producción, 69% proviene de las permanentes y 31%
de las transitorias. Los cultivos transitorios ocuparon 469.900 has. en 1981,
la extensión creció hasta 1991, alcanzando 791.784 has. A partir de 1992 cayó
hasta reducirse a 422.824 has, en 1996, área 10% inferior a la cultivada en
1981. Estos mismos cultivos produjeron 1.053.850
toneladas en 1981, y en 1991 llegaron a 1.605.373 toneladas. En 1996 habían
disminuido a apenas 904.047 toneladas, 14% menos que en 1981. Los permanentes
han variado en área entre 150.000 y 230.000 hectáreas. En 1981 se cultivan
166.629 has. La mayor extensión se da en 1991, 227.635 ha y disminuye a 213.748
has en 1996. 13.887 ha menos que en 1991. La producción asciende en 1981 a
1.554.715 tons. crece hasta llegar a 2.069.907 tons en 1996. Entre 1981 y
1996 la producción crece 32% . En 1996, la costa Caribe es la tercera
región del país que menor producción agrícola presenta, después de la
amazonía y orinoquía, con 2.9 millones de ton, el 8.4% de la producción total
del país. A raíz de la aplicación de las medidas de
apertura, tales como el desmonte y reducción de los mecanismos de protección
(disminución de las restricciones cuantitativas a las importaciones de
productos agropecuarios, desgravación arancelaria) se produce una
desprotección efectiva y nominal, los términos de intercambio de los
productos agrícolas frente a los insumos para la producción sufren un
deterioro significativo. Desde 1991 caen los márgenes de rentabilidad de los
principales cultivos semestrales. Los reveses sufridos por el agro se
reflejan también en la situación del crédito. Entre 1995 y 1996 el crédito
agropecuario otorgado con recursos de Finagro en todo el país fue de $ 1.340
mil millones, de los cuales correspondieron a la costa 340 mil millones, 25%
del total nacional. La cartera vencida del sector agropecuario en la región
asciende 101.836 millones, cerca de un tercio de dichos créditos. (Corpes
Costa Atlantica, 1998: P.57). En conjunto, la superficie cultivada
asciende desde 1981 hasta 1991, pero a partir de 1992 se presenta una
reducción superior a 150.000 has. en toda la región. Entre 1991 y 1996, el
área pasa de 1.019 mil has. a 636.572 has, la producción, pasa de 3.359.000
ton a 2.964 mil toneladas, se da una pérdida de unas 370.000 ton. Vale la pena examinar los casos de algunos
cultivos de importancia para la región. En su orden el algodón, el maíz, la yuca
y el sorgo son los principales cultivos temporales. La palma africana, el
plátano y el banano son los principales entre los permanentes. Ya durante los
tres primeros años de la apertura (1991 – 1993), la superficie cosechada en
Colombia cayó en 432.000 ha. La producción bajó en 632.000 toneladas y las
importaciones de alimentos aumentaron de 876.000 a 2.000.000 de toneladas. El algodón fue uno de los renglones más
activos en la región. “El auge del algodón de finales de la década de los
años cincuenta constituye, sin lugar a dudas, el desarrollo más significativo
para el agro costeño en los últimos treinta años. En 1.985 los departamentos
de la región tuvieron cerca del 70% de la superficie nacional cosechada en
algodón. El grueso de la producción, cerca del 60%, está localizada en el
departamento del Cesar.” (Meisel, 1.990, p.35) . Su calidad es reconocida
internacionalmente pero los costos internos no le han permitido competir,
menos aun teniendo en cuenta que los Estados Unidos y China subsidian fuertemente
a sus cultivadores algodoneros. El impacto ha sido tal que en 1992 se
sembraron en la región cerca de 180.000 hectáreas, de las que se obtuvieron
92.000 toneladas, mientras que en 1993 se sembraron apenas 40.000 hectáreas.
El algodón de la costa representa el 60% de la producción nacional y ocupaba
180.000 personas en la región. Su descalabro afecta el transporte, el
comercio, los textiles y las grasas. Con su crisis, en el Cesar se pierden
70.000 empleos, disminuye la capacidad de compra y aumenta la economía
informal. A las dificultades no escapó la naciente empresa Federaltex S.A.,
productora de telas e hilazas en el Cesar, la cual entró en concordato. Colombia producía 1.100.000 toneladas de
maíz anualmente, y pasó a ser importadora del grano, que se vio afectado por
importaciones a bajos precios subsidiados, y por la triangulación que
producen los Estados Unidos al vender a través de otros países del grupo
andino. En el Cesar de 30.000 hectáreas de arroz
cultivadas en 1990, en 1993 sólo se plantaron 5.565. El departamento dejó de
percibir ingresos por 26.040 millones en ese año. En el distrito de riego de
Maríalabaja se sembraban 6.000 hectáreas y en 1994 esta cantidad se redujo a
1.800. El principal cultivo de la economía
campesina de la región es la yuca, se siembran 127.000 hectáreas, de las
cuales derivan ingresos 70.000 productores. La costa aporta el 63% de la
producción nacional del tubérculo. En 1994 se importaron 50.000 toneladas
procedentes de Tailandia e Indonesia, países que subsidian la yuca y la palma
africana. Con respecto al tabaco, se ha presentado
una crisis en los departamentos de Bolívar, Sucre y Magdalena, donde se
sembraban 10.000 hectáreas al comienzo de los 90, que se redujeron a 6.000.
La oferta exportable bajó de 12.000 a 7.000 toneladas, lo que golpeó
duramente a los municipios de El Carmen de Bolívar, Ovejas, Colosó, y Chalán
en el departamento de Sucre y Plato y Ariguaní en el Magdalena. Los renglones de la pesca, los camarones y
el atún se han visto afectados ya por grandes importaciones como las de
harina de pescado o por las medidas norteamericanas de restringir las
importaciones alegando la protección a los delfines rosados. 2.14.5 Ganadería [1]Al inicio de la década del 50, la región
representaba cerca del 45% del hato vacuno nacional porcentaje que cayó en
1995 al 33%, utilizando una superficie de más de 5 millones y medio de has en
pastos. Cerca de la mitad del 37% que representa el sector agropecuario en el
PIB regional, se debe a la ganadería. En la Costa hay unas 7.275.172 cabezas de
ganado vacuno. A raíz de la apertura, las importaciones empezaron a hacer
mella a la ganadería. En 1994, según Visbal Martelo, presidente de Fedegan,
entraban al país 2.000 cabezas de ganado diariamente procedentes de
Venezuela. En la Costa se obtiene más del 60% de la
producción nacional lechera y la leche es uno de los renglones básicos de su
economía; ya en 1993 la importación de leche fue de más de 4.000 toneladas
anuales. El secretario de la Federación Latinoamericana de Lechería, Eduardo Fresco
León señaló que “los países latinoamericanos estamos indefensos ante la
producción lechera subsidiada de los estados que forman parte de la Unión
Europea”. Los europeos tienen subsidios que llegan hasta el 200%, por lo que
sus productores pueden vender a precios por debajo de los costos. La
industria regional del cuero y la marroquinería, también afectada por las
políticas globalizadoras, redujo su producción en 28% durante el primer
semestre de 1993. 2.14.6 Industria.La industria ocupa el segundo lugar en el
aporte al PIB de la región. Se concentra en Barranquilla y Cartagena y se
destaca en las áreas de la petroquímica, la metalmecánica, los alimentos, los
plásticos, la confección, el cuero y el calzado.[2] La apertura ha causado grandes daños a la
producción de fertilizantes y caprolactama, los cuales se han importado con
precios con dumping, lo que
determinó la crisis y finalmente el cierre de Monómeros Colombo Venezolanos. El complejo petroquímico de Mamonal
también se ha visto afectado, pues en 1993 se hubo de cancelar el proyecto
existente de construir una nueva planta y se recortó en un 8% la nómina; las
utilidades que en 1992 alcanzaron a 17.000 millones de pesos, en 1993 se
redujeron a 7.000 millones. En el sector
metalmecánico cerró sus puertas Conastil, así Cartagena además de esta
empresa perdió Alcalis, una planta de Hoescht y la de Aceite Supremo. Sobre
Alcalis vale la pena recordar algunos hechos. En 1990, obtuvo utilidades, año
en el que completó cuatro consecutivos con ganancias. Las perspectivas de la
empresa eran ampliamente favorables. Sin embargo en 1992, se empezó a hablar
de que la pesada carga laboral estaba afectando su desempeño y el Espectador
informó que el presidente de Alcalis se reunió en los Estados Unidos con los
ejecutivos de Ansac, la comercializadora que maneja el 60% del mercado
mundial del carbonato de sodio. Ansac le ofreció dinero a la productora
estatal para que cerrara su planta en Cartagena y se convirtiese en su
distribuidora. En 1993, el gobierno nacional cerró Alcalis, la empresa que
producía la sal refinada, la soda caústica y otros productos fundamentales
para la química básica y el consumo. Un estudio de la
Cámara de Comercio de Cartagena muestra que a partir de 1990 la tasa de
crecimiento real de las ventas del sector industrial tiene un comportamiento
decreciente y las tasas de crecimiento real de sus utilidades son negativas
durante los años 1991, 1992 y 1993. Una situación igual ocurre en el sector
de alimentos y bebidas. Propilco, Amocar, Camarones del Caribe y Vikingos
obtuvieron pérdidas desde 1992. En la década de
los ochentas, la industria del Caribe representaba un 16.97%, en promedio,
del PIB regional y el 13.45% del total de la producción industrial bruta
nacional. Generaba 11.64% del valor que agrega el sector en el país y
consumía el 18.45% de la energía y el 14.01% de las materias primas que
utilizaban las industrias colombianas. Durante esa década la producción bruta
creció a una tasa anual promedio de 4.41% y el valor agregado 2.72%. Durante el primer
quinquenio de la década de los noventa, la industria regional perdió 1,51% de
su participación en el PIB de la costa, reduciéndose al 15,46%. Otro tanto
ocurrió con su participación en la producción bruta y de valor agregado
industrial del país. Es necesario
señalar que la industria de la región se concentra en los departamentos de
Atlántico y Bolívar. Durante los años de 1980 a 1995 en estos dos
departamentos se realizó el 88.26% de la producción y el 84,75% del valor
agregado industriales. Por su parte, la inversión extranjera no
alcanza a ser el 5% de la IED del país, cuyo monto en 1995 fue de 2.455
millones de dólares. Las inversiones en la costa se han dirigido
principalmente a la minería, y a los sectores eléctrico y de servicios
públicos domiciliarios. En éstos, se ha tratado principalmente de la toma por
el capital extranjero de las empresas públicas locales. La inversión en la
industria es demasiado baja, destacando la realizada por la Cervecería Polar
de Venezuela en Santa Marta. (Corpes Costa Atlántica, 1998: p. 66). 2.14.7 Comercio exteriorEn el transcurso de la década de los
noventa, mientras las exportaciones de la región crecen a un ritmo anual del
2% , las importaciones lo hacen al 22%; por ello si en 1991 las exportaciones
triplicaban a las importaciones, en 1996 las exportaciones apenas superaron a
las importaciones. El Caribe colombiano exporta
fundamentalmente productos primarios, en tanto que depende de las
importaciones de productos de un alto nivel de elaboración. En 1996 las
ventas externas de la Costa fueron de 2.000 millones de dólares, 19% de las
del país. Los departamentos con mayor participación en esas operaciones eran
Guajira (30.3%), que exportó carbón, Bolívar, con un 22.6% y Atlántico,
19.6%. Los principales productos exportados son
hullas térmicas, que representaron 42%; ferroníquel, 32%; banano, 9%. En
1996, la minería y la fabricación de sustancias químicas fueron los únicos
sectores que incrementaron las exportaciones con relación a 1995. El sector
agropecuario disminuyó 11% sus ventas al exterior. Es de resaltar que la industria ha venido
perdiendo participación en las ventas externas de la región como lo demuestra
el siguiente cuadro. Cuadro
Nº 12 Exportaciones
Sectoriales Región Caribe 1994-96
Fuente: Corpes C.A. Sistema de
Exportaciones Industriales, 1995 2.14.8 ImportacionesEn 1996, se hicieron importaciones por 1.876
millones de dólares, 14% de las del país. Tres sectores representaron el
75.3% de ese monto: las materias primas y los bienes intermedios para la
industria, con un 60%, los bienes de capital, con 28.2%, y el material de
transporte, el 13%. Con la descentralización, el estado de los
fiscos departamentales también es crítico. El departamento de Bolívar tiene
un hueco fiscal de $117.000 millones, una parte considerable con la banca
privada. Es tal la situación que el gobernador Miguel Raad ha despedido 540
empleados y en la nómina sólo quedan 300 funcionarios, los cuales no reciben
el salario desde hace cinco meses. La gobernación ha puesto en venta varios
edificios, lotes y vehículos. (La República 1999: p. 8b). Aquí se toma sólo
este ejemplo, pero la situación de crisis fiscal generalizada de
departamentos y municipios es bastante conocida. El economista samario Alberto Abello
concluye que contrario a las ilusorias promesas de desarrollo regional, la
Costa ha sufrido duros reveses en su progreso económico y que los renglones
bandera tanto en el sector agrícola como industrial están quebrados o al
borde de estarlo. Mientras, los poderosos grupos económicos del mundo, como
Ansac, han aumentado sus ventas y ganancias en la región, sin importarles que
sea al precio de hacer cerrar las empresas, que como Alcalis fueron
dinamizadoras de la economía regional y nacional y fuente de empleo para los
costeños. 2.14.9 Mundialización, descentralización y proyecto político en la Costa CaribeCon todo lo anterior, se puede aseverar
que las políticas de apertura interna y externa de las cuales se afirmaba que
beneficiarían en particular a la Costa Atlántica, inspiradas en las bondades
que traería el modelo de desarrollo, no fomentaron el progreso material y
social de las poblaciones que habitan este territorio, sino que por el
contrario agudizaron la pobreza, la crisis de su industria y la quiebra del
agro. De esta manera se han examinado los
impactos económicos y sociales que la globalización ha generado sobre este territorio.
Las políticas de descentralización y de ordenamiento territorial se vienen
adelantando con la participación del Estado, de la clase política regional,
de algunos intelectuales como el sociólogo Fals Borda, de las universidades,
de los actores institucionales como las secretarías de planeación, educación
y agricultura, y de importantes sectores de la sociedad civil. Estos puntos
de vista los ha recogido el Corpes de la Costa Atlántica para hacer un
ejercicio sobre prospectiva territorial. Los costeños están construyendo un
proyecto político regional alentado por concepciones como las de Boisier
(v.g.). Este proyecto político recoge elementos políticos, culturales,
sociales y de autonomía, con miras a constituirse en un cuasi estado. Lo anterior me permite inferir que los
ejes analizados en esta monografía son contextualizados al examinar el caso
concreto de la Costa en lo que se refiere a expresiones de globalización,
descentralización y desarrollo regional. Ello no permite tampoco afirmar
evidencias de atomización y brotes separatistas inmediatos, pese a los
esporádicos conflictos entre las regiones y el centro. Pero sí va generando
un debilitamiento del Estado nación y una tendencia hacia su atomización. |